domingo, 26 de mayo de 2013
El sabor de la fama
Ayer en la facultad tenía hambre y fui al buffet a comprarme un sánguche. La chica que se encarga de la cocina me miraba fijamente. Le consulté si había mortadela y me preguntó si yo era Anita Leporina, me dijo que sí había mortadela y que le gustaba mi blog. Mientras estaba tomando apuntes en la clase saqué el sanguche del paquetito que me habían dado y lo mordí: tenía ocho fetas de mortadela y como seis de queso.
Para mí, esto es como ganar el premio Nobel
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5 comentarios:
Empiezan por regalarte unas lonchitas de fiambre y en un tris pasan al acoso, toda cocinera de buffet es psicópata. Te avisé.
Mmmhh, no puedo esperar por el stalking furioso
Sí, eso sí que sabe bien!
jajajaja la fama llega viste, a mi el otro dia me llamaron por mi seudonimo en FB, nunca me senti tan estupido en mi vida :P
de una!!!!!!
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