"Che, me como el último sacrilegio" advirtió Minaya y mordió la factura de pan esponjoso por dentro y hojaldrado por fuera, con forma de bollito alargado, rellena de dulce de membrillo.
Así es mi hermana: brillante, fresca, reacia a la absolución sin porqués del uso sacramental del lenguaje.
¿Cómo no adorarla?
sábado, 12 de septiembre de 2009
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4 comentarios:
jajaj..que linda!!,
el ultimo sacrilegio....ai
Admitamos que tiene mucho mas sentido que una factura (oh factura, rezumante de jarabe de glucosa y grasas trans, tentacion lujuriosa de la gula) se llame sacrilegio a sacramento.
Se hunde el anarquismo finalmente gracias a vos en su último anclaje simbólico. O será que se hunde también todo lo demás, o que tal figuración de nuestra finita especie pasa a invernada?
Quizá la clave sea: PUMA-EG3-PETROBRAS-REPSOL-ARCOIRI_DE_CHOCOLATA-SIM_SALAMIN
Y qué querés que haga, gari? Los anarcoinmigrantes bautizadores no tuvieron en cuenta que las facturas son el opio del pueblo.
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