-séptima temporada-

domingo, 8 de agosto de 2010

Impresiones reprimidas, un caso de Emotividad Artificial

La inteligencia artificial sigue siendo, en muchos aspectos, una quimera de las sociedades hiperindustriales.
Sin embargo, desde hace bastante contamos en nuestras casas de pequebúes con una tecnología mucho más sofisticada: la emotividad artificial.
Pudo haber pasado desapercibida en tanto tal hasta el momento, pero quién se atrevería a negar que no ha proferido alguna vez el grito cotidiano y desesperado:

La impresora se volvió loca!!

Me consta que todos nosotros hemos sido víctimas, en nuestro propio hogar, de esos ruidosos trastornos que nos dejan desconcertados y envueltos en hojas, hojas que ella nos escupe en la cara, tan inmaculadas como entraron, o a lo mejor, con unas manchitas en forma de barras descoloridas.
Las hay también que empiezan a comunicarse en otros idiomas, por ejemplo cuando te devuelven el papel con una impresión del tipo: ŵŸ ˜ ћ ‰ ′ ″ Ω ⅛ ż⅞ ←їј↑ ℮⌠ ⌡─ Ź Ż │╔ ‡ • ╕ ╖ ќ ќ╡ ╢ ▐ ŷ ▐ □ ▪њ ▫ ▫ ◘ ♠ -muy probablemente a causa de alguna clase de esquizofrenia de esa que tantas veces en la historia fue confundida con posesión diabólica.

Allí está ella, misteriosa y empacada, carraspeando con su garganta metálica de motor que no arranca; impotentes la vemos zarandear locamente sus cartuchos a un lado y otro. Hermética en su demencia de dispositivo funcional y caprichoso.

¿Por qué traumático desperfecto es que sus engranajes pulsionales no pueden subordinarse al primado de la zona cabezal?

Tal vez haya suprimido en el pasado alguna impresión que trae conflictos a su conciencia estampativa, y ahora las impresiones se acumulan en fila trabando su pobrecillo mecanismo, como un eslabón que falla en la cadena y va amontonando sobre la cinta una bola obstaculizadora que crece y crece, y amenaza con mandar al diablo la eficiencia meticulosa de la producción en serie.

Negarlo no le sirve a nadie. La convivencia con las impresoras se va poniendo difícil.
Lo que sucede es que, a los 2 o 3 años de estrenada, nuestra impresora ha llegado a la pubertad impresoril y, en vez de llenarse de piercings o tatuajes para unirse a una pandilla, prefiere escupir las hojas que vos le mandás con suma buena voluntad tratando de hacer lo mejor para ella y para todos. Quizá la acartuchada se rebele como exteriorización de algún trabajo de duelo que no logramos entrever en los resquicios de su dinámico mecanismo.

Los usuarios incomprensivos pretenden solucionar la interrupción documental acudiendo al célebre "coscorrón ubicatorio", pero la agresión física no suele llevar a nada bueno. ¿Qué cara vamos a poner cuando El-chico-que-arregla-la-compu finalice su peritaje de cuentapropista cibernético y nos acuse: "-Tiene marcas de maltrato"...?

Movemos cabezales, también giramos rodillos, nada parece acabar con su ágrafa indeterminación, continúa férrea en su resistencia a representar el papel.
Incluso llegamos hasta manipular las agujas y ensuciarnos los dedos con tinta, buscando la puntada que congele el loco devenir de su deseo desatado, la puntada que segregue la tinta sobre el blanco formato A4 trazando el caracter.
Minúsculas violencias que operamos en sus entrañas con el objetivo de lograr, de una vez por todas, estampar lo que queremos al pie de la letra.

Inútil es intentar canalizar su libidinosa tinta hacia fines escriturarios de la más diversa índole mediante la presión compulsiva del botoncito de "Print". Presión que ejercemos por su propio bien, que quede debidamente asentado, para que sea una impresorita hecha y derecha, y no vaya a ser señalada por otros electrodomésticos o gadgets como "la loca de la casa".

En fin, qué aparato...

7 comentarios:

Airdish number dijo...

La que tengo aquí en mi oficina está más psicoanalizada que yo. Puede expresar sus problemáticas de forma sencilla y educada: "Por favor abra la compuerta, elimine el atasco y pulse OK". Las que tuve hogareñas siempre fueron muy violentas, una me hizo el viejo truco de quedarse quietita para que metas la mano y zas! me la quizo arrancar.

Rob K dijo...

Por algo un genio como Kubrik, capaz de presentarle batalla a la c.p.u., no se animó a decir ni mu sobre tan temible periférico...

Martín Pex Peña dijo...

Para mi al igual q l humano que antes era procreado como todo un alma completa y ahora solo somos vestigios d aquella alma primordial , las impresoras sufren la misma penosa flexibilizacion y se retoban muy antes de lo que deberian hacerlo.

Anita Leporina dijo...

Martín:
Quiero imprimir una lámina con alguna de las imágenes que tenés en el blog, amé los colores. Cómo hago??? Hay tiempo, igual, me mudo a fin de año.

Martín Pex Peña dijo...

decime cual y t la imprimo...y l tamaño

Lalo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=k9e5Ky7CXPA

dale lo que se merece

JuanM dijo...

Llevala a tu servicio técnico amigo.