-séptima temporada-

jueves, 26 de julio de 2012

hoy en fútbol


aproveché que la gorda del otro equipo pedía tiempo para atarse los cordones y me metí la mano abajo de la remera. Primero desenterrar la punta metálica del esternón, después hacerlo recorrer la medialuna mallada, despacio para que salga limpio por la parte rota de la costura. Y finalmente con descarada displicencia tiré el aro del corpiño fuera de la cancha. como román con las canilleras

cinco, como los cilindros de un volvo

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